IML25 de enero de 2020

La enfermedad varicosa puede cursar o no de manera asintomática; cuando se presenta con mucho dolor se debe a distintos motivos. El incremento gradual de esta molesta sensación puede deberse a complicaciones leves secundarias a la inactividad física, mientras que su empeoramiento súbito e incapacitante posiblemente sea un signo de alarma de una complicación mayor que ponga en riesgo la salud.

Contenido:

  • Tipos de várices
  • Sintomatología de acuerdo al grado
  • ¿De qué depende la aparición de dolor?
  • Tratamiento

Tipos de várices

Una manera simple de entender la evolución sintomática de las várices es conociendo la clasificación en relación a su ubicación en la piel. Las várices superficiales (también llamadas telangiectasias, varículas o “arañas vasculares”) se observan a simple vista como arborizaciones pequeñas de color azul, rojo o verde; suelen darse cuando las venas superficiales de la piel se obstruyen.


Las várices perforantes, por su parte, se dan por la afectación de aquellos vasos sanguíneos que comunican al sistema venoso superficial con el profundo, llevando la sangre de regreso a las venas principales; es por eso que cuando se dilatan generan ligeros bultos. Las correspondientes a las venas profundas, ubicadas a nivel de los músculos, pueden generar trayectos tortuosos o promover la aparición de otras várices superficiales.

Sintomatología de acuerdo al grado

La enfermedad varicosa grado I se corresponde con finas telangiectasias que alcanzan una forma estrellada; por lo general solo afecta en un nivel estético a la persona, aunque en ocasiones genera sensación de pesadez y de cansancio.


Las várices de grado II son aquellas que se van a haciendo más visibles y sintomáticas, promoviendo con las molestias ya señaladas además de dolor, calambres, hormigueos, sensación de calor, picor o escozor.


Las de grado III consisten en venas dilatadas y tortuosas que provocan signos y sensaciones incómodas que aumentan progresivamente, de tal forma que generan edema o cambios de coloración en la piel de las extremidades inferiores.



Finalmente, las de grado IV se manifiestan como zonas con eccema o ulceras que llevan a la incapacidad por sangrado o riesgo de infección.

¿De qué depende la aparición de dolor?

Como puede observarse el dolor es un síntoma que se puede manifestar tanto en várices superficiales como en profundas; aunque también es cierto que existen venas de gran tamaño que no lo provocan. Como puede observarse, a veces depende del grado de evolución o de los factores intrínsecos de la persona ligados a un estilo determinado de vida.


Por otro lado, el dolor relacionado a las várices es más frecuente en temporada de calor o al finalizar el día, sobre todo si se ha permanecido un largo tiempo de pie o sentado.

Tratamiento

Si el dolor de várices es leve puede mejorar mediante ejercicios físicos y medias compresivas que favorezcan el retorno venoso o través de la ingesta de analgésicos y antiinflamatorios. Los medicamentos flebotónicos, que fortalecen la integridad de las paredes de los vasos sanguíneos, también mejoran las molestias. No obstante, si el dolor es agudo, brusco y casi no se tolera, se recomienda buscar rápidamente un médico especialista.


En el Instituto Médico Langle contamos con procedimientos mínimamente invasivos, indoloros y efectivos para la resolución de este síntoma en cualquier etapa de la enfermedad. Acércate a nosotros para recibir orientación sobre tu caso. Estarás en manos expertas.

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