IML • 7 de septiembre de 2020
Las várices son venas inflamadas que se hacen visibles en la piel, especialmente a nivel de tus miembros inferiores.
Además de ser estéticamente desagradables- y de presentarse más comúnmente en las mujeres- provocan síntomas como:
- Dolor
- Picazón
- Calambres
- Sensación de pesadez
Contenido
- Várices no complicadas
- Várices crónicas
- ¿Cómo evitar que empeoren?
Várices no complicadas
Normalmente el color de las venas saludables no resalta a través de tus piernas, a menos que tengas un tono de piel muy claro.
Las várices,
en cambio, pueden dibujarse como arañas rojas o violeta (telangiectasias) e incluso trazar un trayecto de color verde o azulado (reticulares). Las primeras no suelen presentar síntomas, sin embargo, molesta su apariencia (resultando en un problema principalmente estético); las segundas, en cambio, provocan hormigueo, pesadez y dolor al estar mucho tiempo de pie o sentados.
Várices crónicas
A pesar de mostrarse inicialmente planas y del grosor de un alfiler, las venas varicosas llegan a abultarse de manera tortuosa (troncales), sobre todo si afectan a los grandes vasos profundos (vena safena del muslo y de la pierna). Estas formas avanzadas punzan con intensidad y oscurecen las extremidades, ya que su presencia compromete el flujo de oxígeno y disminuye el aporte de nutrientes a tu piel. Este tipo de várices se caracterizan por ser una enfermedad crónica, progresiva ya que, sin un tratamiento adecuado deriva en complicaciones que afectan la calidad de vida como: la aparición de heridas abiertas (úlceras) e incluso el desarrollo de infecciones.
Además, la falta de movilidad estimula la formación de sangre coagulada que se desprende de las paredes de los vasos; estos viajan de las extremidades inferiores a otras partes del cuerpo e impiden la circulación normal de oxígeno al pulmón y al cerebro (
tromboembolia
).
¿Cómo evitar que empeoren?
Lo ideal es tratar las várices desde sus primeras fases de evolución. Además, el tratamiento debe ser individualizado, es decir, para cada paciente será diferente de acuerdo al tipo de várices que presenta y su gravedad.
Cada tratamiento tiene como objetivo mejorar los síntomas, el aspecto físico y las alteraciones de la piel producidas por este padecimiento.
En casos avanzados, el Instituto Médico Langle te ofrece procedimientos ambulatorios mínimamente invasivos e indoloros, tales como la escleroterapia con VENOFOAM® o el láser endovenoso (Endoláser). Las dos alternativas no requieren de suturas ni dejan marcas visibles, además de posibilitar una recuperación inmediata. Si padeces de várices acércate a nuestro centro, contamos con una amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de todo tipo de várices. Será un placer orientarte y atenderte.
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