6 de octubre de 2020

Las venas varicosas, comúnmente manifestadas en mujeres (y en cerca del 70 al 80% de los mayores de 60 años) tienen distintas presentaciones.

Las venas varicosas, comúnmente manifestadas en mujeres (y en cerca del 70 al 80% de los mayores de 60 años) tienen distintas presentaciones que varían en función del tiempo de evolución y del tipo de vena afectada. Sin embargo, el factor común de su aparición guarda relación con un flujo de sangre deficiente en distintas partes del cuerpo. 


Tipos de venas varicosas 

Para entender este fenómeno de insuficiencia venosa conviene señalar que las várices son vasos que se inflaman y llegan a observarse a través de la piel, principalmente al no poder bombear la sangre que pasa a través de ellas. Este defecto provoca trayectos irregulares que son especialmente notables en los pies y en las piernas. Las llamadas telangiectasias, por ejemplo, comprenden venas superficiales (del grosor de un alfiler) que al dilatarse se dibujan como arañas de color rojo o violeta; las várices reticulares, por su parte, tienen mayor dimensión y son menos cercanas a la piel, de ahí que adquieran un tono verde o azulado por el acúmulo de sangre. Las várices troncales, en cambio, resultan una variedad avanzada que deforma la vena safena o sus ramas, es decir, los vasos profundos de las extremidades inferiores. Las identificas como grandes nudos que punzan con intensidad y oscurecen tus miembros. 


¿Qué factores promueven una inadecuada circulación? 

Aunque la aparición de venas varicosas depende en gran medida de la herencia y del género, cualquier condición que incremente la presión dentro del abdomen o que debilite la estructura de los vasos sanguíneos, hace que sus paredes se vuelvan débiles y que las compuertas que normalmente evitan el retorno de sangre (válvulas) dejen de cerrarse por completo (ver figura 1). 


La tensión en el interior de las venas puede aumentar por hábitos inadecuados, tales como el estar mucho tiempo parado, utilizar ropa demasiado ajustada a nivel de la cintura (como fajas, pantalones y cintos) o no hacer actividades que tonifiquen los músculos de las piernas. De igual manera, llega a darse una ruptura de los vasos sanguíneos más superficiales a consecuencia de golpes o de condiciones médicas que alteran la coagulación, lo cual provoca la aparición de las llamadas arañas vasculares. Se ha visto que el uso de hormonas con fines anticonceptivos- o como terapia de reemplazo- aumenta el riesgo de tener este padecimiento. Lo mismo cuando se tiene un embarazo u obesidad. 


En cualquier caso, es importante que consultes a un médico que pueda recomendarte alguna actividad, medicamento o intervención especializada que mejore la apariencia y los síntomas de las várices. En el Instituto Médico Langle podemos ofrecerte una amplia orientación para este padecimiento. 

 

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