IML7 de septiembre de 2020

Las fisuras son un desgarro lineal de la mucosa del ano, un tejido húmedo y blando que normalmente tiene una alta cantidad de vasos sanguíneos. Cuando se extiende hasta la piel circundante suele provocarte dolor, sangrado e infecciones bacterianas. 

Contenido

  • ¿Por qué aparecen?
  • ¿Dónde se localizan y qué molestias provocan?
  • ¿Cómo eliminarlas?

¿Por qué aparecen?

La falta de lubricación en la superficie de tu conducto anal, así como la escasez de sangre en su grosor, promueven la aparición de fisuras por distintos factores mecánicos. La principal causa de su desarrollo es un proceso de isquemia, es decir, una condición en la que la tensión excesiva de las paredes anales- asociada muchas veces al estreñimiento- impide la llegada de sangre. 

La expulsión de heces fecales grandes y duras provoca el surgimiento de grietas en los tejidos más blandos y superficiales del ano. Además, existen otros factores causales tales como: 

  • Los episodios recurrentes de diarrea
  • El trauma con objetivos punzocortantes o duros (muy común en la práctica de sexo anal)
  • El esfuerzo ejercido durante el parto
  • La presencia de enfermedades crónicas como Crohn

¿Dónde se localizan y qué molestias provocan?

Las fisuras anales se presentan en aquellos relieves en donde se tiene una menor cantidad de vasos sanguíneos o de glándulas que secretan moco. Si llegas a tenerlas seguramente experimentarás un dolor intenso y ardoroso al inicio de cada evacuación. Éste se sentirá como un desgarro insoportable cuando el bolo fecal atraviese el canal anal. La molestia persiste de minutos a horas y provoca estreñimiento voluntario. También es frecuente que surja comezón (prurito) y un leve sangrado que deja manchas en el papel de baño o incluso líneas rojas en las heces. 

¿Cómo eliminarlas?

La mayor parte de desgarros en los tejidos de tu ano se curan espontáneamente, sobre todo al seguir una dieta rica en fibra y alta en líquidos que facilita las evacuaciones. Los baños de asiento con agua tibia promueven la relajación de tus músculos anales, mientras que los analgésicos orales de origen no esteroideo y las cremas anestésicas disminuyen el dolor. 

En caso de persistir durante más de dos meses se recomiendan intervenciones mínimamente invasivas y ambulatorias. En el Instituto Médico Langle contamos con tratamientos indoloros y de recuperación inmediata. ¡No dudes en contactarnos! 

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